La batalla contra el agua de lluvia


Con la finalidad de oponerse a la entrada del agua de lluvia procedente del exterior, las hojas de ventana acostumbran a disponer de sus propias defensas, con independencia de las que pueda tener el propio alfeizar. Al efecto, la cara exterior del travesaño inferior del bastidor, está diseñada de manera que haga resbalar el agua hacia afuera.
Esta conformación peculiar se denomina vierteaguas. Suele presentar una rampa o declive en forma curva, que recuerda a la clásica imagen de un tobogán, aunque a veces se limitan a la simple adición de un listón de corte en bisel.  Es decir, el vierteaguas puede ser una pieza independiente, acoplada al bastidor, o bien hallarse integrado en el propio travesaño inferior.
Mencionaremos igualmente la pieza especial que lleva adosada algunas hojas de ventana, denominada escupidor o escupidera. La misma dispone de un canal deslizante que desemboca en un agujero con salida al exterior. Tiene por misión eliminar, por evaporación, el agua de condensación que pudiera producirse en los cristales por la diferencia de temperatura entre los ambientes interior y exterior. También el agua el agua de lluvia que pudiera haber penetrado, a pesar del vierteaguas, en la parte delantera del bastidor.